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lunes, 16 de mayo de 2016

La quema de los camiones en Ugarte esconde una guerra de precios

Un fuego intencionado calcinó en Trapagaran cinco camiones, dos de ellos de una misma firma.




TRAPAGARAN - El incendio que en la noche del martes calcinó cinco vehículos industriales aparcados en un polígono industrial de Ugarte, en Trapagaran, podría esconder una venganza contra la empresa transportista que habría aceptado las condiciones económicas ofertadas por las empresas portuarias que operan en el puerto de Santurtzi.
El ataque supuso que dos cabezas tractoras pertenecientes a la empresa de transporte Chus, un camión grúa, otro de basura y una furgoneta quedaran calcinados en su totalidad o parcialmente
La guerra de precios se desprende de las declaraciones hechas ayer a DEIA por un portavoz de la empresa afectada, Transportes Chus S.A., que ha padecido desde 2012 la quema sistemática de 10 de los 47 camiones con los que cuenta esta firma familiar. Con cerca de 70 años de historia, esta empresa llegó a contar con una flota de cerca de 200 vehículos pesados y hoy día cuenta con una plantilla de 50 trabajadores asalariados.
“Son suposiciones porque no sabemos quién ha sido el autor o autores pero es incierto que nosotros estamos llevando a cabo una política agresiva de precios en el transporte de mercancías en el puerto”, reseñaron desde la empresa transportista. Fuentes de la empresa recordaron que “a nosotros nos tocó vivir una política de precios marcada por el puerto de Santurtzi que nos dejó fuera. Nos quitaron clientes y bueno, qué le vamos a hacer, tuvimos que aceptarlo porque a esos precios nosotros no podíamos trabajar y punto. Ahora el cliente ha hecho unas condiciones que nos encajaban y se le está dando servicio”.
Desde Transportes Chus destacaron tras desvelar que “había autónomos que cobraban bastante menos que lo que cobrábamos nosotros” que “el convenio de Bizkaia es el segundo más alto del estado. Nosotros no podemos hacer una política agresiva con ese convenio. Sin embargo, si contrato autónomos, que no importa que estén cuatro o cinco o seis horas para cargar y solo hagan un viaje al día, el que está fastidiado es el autónomo, no el que está pagando”.
1,2 MILLONES DE PÉRDIDAS Con la quema de las dos última cabinas, la empresa cifra en más de 1,2 millones de euros los perjuicios económicos causados por los incendios que han afectado desde 2012 a su flota. “Estamos hablando de más de 120.000 euros solo por cada cabeza tractora, a lo que hay que sumar los transportes que no se han podido llevar a cabo por carecer de vehículo”, apuntaron.
Por su parte, la plantilla mostró ayer su preocupación ante los repetidos ataques que está sufriendo la empresa, con nueve camiones inutilizados en los últimos dos meses.
El sindicato CC.OO. trasladó el “malestar” de los trabajadores en un comunicado. El delegado de la formación sindical en Transportes Chus alertó de que con esta situación están viendo peligrar los empleos. “El puesto de trabajo de un camionero es su camión y, por circunstancias del todo ajenas a los empleados, estas herramientas de trabajo están siendo eliminadas, ataque tras ataque”, indicó el sindicalista para destacar el “malestar” y, sobre todo, la preocupación por el mantenimiento de los puestos de trabajo. Fuentes de la empresa afectada señalaron que ayer mismo tuvieron una reunión con el director de Transportes del Gobierno vasco quien les habría asegurado que se iban a tomar medidas ante este ataque que pone en grave riesgo la continuidad de esta empresa que opera en el Puerto de Bilbao y que en 2012 se sobrepuso al intento de paralización del tráfico de mercancías por carretera.
“Nosotros teníamos unos compromisos que atender y así lo hicimos a pesar de todos los problemas que ello nos acarreó y que para algunos nos convirtió en una empresa incómoda en el puerto. No somos incómodos porque demos mal servicio, no paguemos, tengamos malas artes o porque tire los precios por debajo de los costes... No es por eso“, apuntaron desde la empresa.
“Ahora mismo es tal la situación que si alguien quiere venir y comprar la empresa en la que nuestros trabajadores son asalariados se la vendo porque esta situación empieza a ser insostenible”, señaló un directivo de la firma. Aseguró asimismo que en la medianoche del martes pasó uno de los momentos más angustiosos de su vida profesional porque estuvo en riesgo la vida de uno de los conductores. “Yo sabía dónde estaba aparcado uno de los camiones y cuando me llamó balbuceando pasada la medianoche yo pensaba que le habían pegado fuego al camión con él dentro”.

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